Refugio Nauplia,
no cejas en tu ansia de servir de posada
en toda ruta por le Peloponeso.
Desde tu cielo volvemos a contemplar
a Atlas sujetándonos con su cordel.
2
Siempre llueve en Nauplia;
siempre tragas oxígeno y sonríes
al ver sus murallas alzadas en las nubes.
Sabes que Micenas y Corinto aguardan
tras cada una de tus puertas.
Sabes que todo el Peloponeso puede ser controlado
desde tu fortaleza; que todo el Egeo
se rinde a tu puerto.
Pisamos nuestras huellas,
y no nos caben ya los zapatos.
Quién quiere ser Zeus
pudiendo
ser Diógenes."Nueva Nauplia", agosto de 2014; Nauplia
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