martes, 27 de agosto de 2013

Átopo (videopoema)



Realización y postproducción: Pedro Stipetic.

Textos y voces: Palo Pavía y Pedro Stipetic.

Grabado en: Lyon, Avignon, Montpellier y Villeneuve-lès-Maguelone en julio de 2013.





TEXTOS:


1, 2 y 3

Nos hicisteis de piedra y luz
de estrechos caminos
dirigidos al corazón de la cueva.

Nos creímos libres y bellos
en vuestros intestinos,
dichosos.

Si hubiéramos, entonces,
levantado los ojos…

4

Nos conformamos con sentir
la luz y el calor
desde nuestras cárceles,
pensándonos lejanos y mágicos,
Inmortales.
No comprendimos nada.


5

Nos regalasteis las noches
y las catedrales,
los ruidos cotidianos y
la luz de las estrellas,
las caricias, los guiños,
las heridas en el vientre.
La música, también,
a todo volumen,
impidiéndonos oír
vuestras carcajadas.



6 y 7

Cómo pudimos creer
en nuestros propios cuerpos,
cómo en las cabezas de bronce
y en las lluvias torrenciales.


8, 9, 10, 11, 12 y 13

Permanecimos como imágenes
dentro de la cueva,
como hologramas
rodeados de ciudades inmóviles
y pararrayos,
como autómatas
de felicidad mecánica y
descompuesta.

Entonces, cuando nadie quería
comprender nada,
cuando hablar del exterior
se castigaba con la mofa
y el cadalso.


14

Nos rodeamos de vuestras imágenes
 y os llamamos dioses.
Tan fieles os fuimos
que abrimos nuevas cuevas,
por resultarnos intolerablemente
luminosa y calida
vuestra presencia.



15

Para no dudar
inventasteis la sabiduría.
Desde entonces,
todos nuestros ojos
os rindieron culto.


16, 17, 18 y 19

Compusimos himnos, banderas.
Tallamos iconos y templos.
Establecimos rojos en el calendario
y liturgias de sacrificio.
Toda orgía era poca
para celebraros.



20, 21 y 22

Guiados 
como siempre hemos vivido,
entre las cuatro paredes
de la cueva,
por vuestros dedos, hilos,
estrobos…



23, 24, 25 y 26

Construisteis con hormigón y huesos
nuestro vacío, y le llamamos Universo.
Nunca creímos que pudieran existir
cuchillos y dientes con los que poner en duda
la estructura de la cueva.



27, 28 y 29

Llegan las noches
y nos recuerdan que no sabemos dormir.
Con la cuchilla en la mano
buscaremos las venas,
pero ya no tendremos sangre
que salvar.


miércoles, 21 de agosto de 2013

Elecciones, 2008


Cuentan de estados pusilánimes que dejan de inmolarse sólo por no perder su poltrona, de ideales alálicos malvendidos en mercados liberalizados, de miopías crónicas, de estupideces atávicas.

Cuentan de riscos y barrancos donde, lemmings encarnizados, cada noche se lanzan al vacío no menos de mil autenticidades y principios; ayer, sin ir más lejos, cuentan, pocos de éstos recularon al contemplar el vacío.

Cuentan de utilidades sin distinguir teorías de consumidor y votante, de derechos sin contemplar los ángulos, de entierros del matiz diferenciador y de la divergencia natural, del exilio de lo múltiple.

Cuentan hoy de aquel otro Estado y no doy crédito.

Lo que no cuentan es que yo mañana objeto, por razones filosóficas y religiosas (sic), a la asignatura de Lengua y Literatura, porque soy laísta y “la pego porque es mía”; a la asignatura de Ciencias Naturales, porque soy creacionista y Darwin nunca debió salir de las Galápagos; a la asignatura de filosofía, porque soy tomista y no he tenido a lo largo de mi vida ni una sola experiencia empírica; a la asignatura de economía porque soy friedmaniano y me gusta comprar tanto pipas Facundo como Piponazo; a la asignatura de Historia porque soy Isabelista y me resulta repugnante Carlos Hugo de Borbón y Parma; a la asignatura de Inglés porque pretendí mantener un “dialogue” en Maine y no me comprendieron; a la asignatura de matemáticas porque nunca me he cruzado en calle alguna con un paralelepípedo; a la asignatura de música porque Ligeti me deja la cabeza loca; a la asignatura de vivir porque soy el novio de la muerte… y veo, Millán, que por fin ha muerto la inteligencia.