lunes, 11 de noviembre de 2013

Cortázar y sus derivas (2)

Postal 19. Amsterdam (Países Bajos)
Como en los paisajes de Hércules Seghers, Ámsterdam se cubre de sombras de nubes desplazándose como ejércitos negros.
Querido Dani, esta ciudad siempre me ha servido de atalaya y anteojo; aquí, en 1956, vi pintarse de nuevo al Guernica (y saber que ahora descansa a 100 metros de tu casa), y aquí, en uno de sus cines, recibí por primera vez el guiño que el cronopio Antonioni me enviaba a través de Blow-up. Ah, y mi paredro...
Siempre tuyo, Julio.




Postal 20. San Francisco (USA)
Las palabras no son otra cosa que poliedros vertiginosos que acarician la verdad oculta de los no lugares. Desde aquí envié hace unos años una carta a Glenda Jackson, que más resultó una botella lanzada a las aguas de la Bahía. Hacía un mes que había publicado "Queremos tanto a Glenda" y paseando por estas mismas cuestas tropecé en un cine con el afiche de la película que se proyectaba; film que no sólo estaba interpretado por la Jackson, sino que se titulada Hopscotch; sí, querido Dani: Rayuela...
Siempre tuyo, Julio...





Postal 21. Roma (Italia)
Las hormigas se comerán a Roma, está escrito. Busco la orientación de las fuentes por el rojo adoquín mientras juego con las amistosas lagartijas que buscan las venas de mercurio bajo la piedra opaca de la Via Appia, corro a gritos por el Pincio, llamo sin respuesta a la lápida de Shelley en el cementerio de Cayo Sexto (habrá salido...); y, como debe ser en Roma, sin ayuda de nadie; ni siquiera de Lucas... Tampoco de la Maga.
Siempre tuyo, Julio.




Postal 22. Beirut (Líbano)
Justo al pasar frente a la isla de Xiros comenzó a llover. En Beirut me esperaba como siempre Tania. Querido Dani, mientras paseábamos al mediodía por el barrio de Mark Miakel, tropezamos con la librería Tinta Negra. En su interior descansaba polvorienta una desconocida Antología de mis cuentos. Leí al azar para cerrar el anillo de Moebius: "En Roma empezó a llover, en Beirut lo esperaba siempre Tania. Mientras paseaban al mediodía...”.
Siempre tuyo, Julio.

Postal 23. Mánchester (Reino Unido):
El caracol Osvaldo recorre el brazo del laudista ante la estupefacción victoriana de la señora del Cimamomo y el desconcierto disimulado de los neuróticos anónimos. Al fondo, ajeno a la hora de Greenwich, el comensal gordo pide un castillo sangriento. Es tiempo de pájaros en la John Rylands Lybrary.
Como puedes notar, querido Dani, en Manchester también puede darse la ciudad.
Siempre tuyo, Julio.



Postal 24. Ruan. Normandía (Francia)
Llueve fino en Normandía. A mi edad, querido Dani, los recuerdos se ponen a manchar el recuerdo y malograrlo. Nicole pinta su gnomo número 59, Morelli intenta, sin conseguirlo, su "roman comique"; muni feta, grita Calac, petiforro, murmura Polanco; los piolines recorren sin fin reticular el cuarto de un psiquiátrico... y las manos de Pola.
Siempre tuyo, Julio.


Postal 25. Santiago de Chile (Chile)

Tomé un autobús sin mirar el número y completé su trayecto. Me hallé en un espacio construido sobre las garras de las hormigas en el que un grito trasmitido al pibito Manuel soñaba un mundo en el que infinidad de muchachos aparentemente llamados a estar lejos de ella se acercaban a la tiza de sus casillas para lanzar el tejo en dirección al Cielo; y a ese cielo, querido Dani, ellos y yo le llamamos revolución.
Siempre tuyo, Julio.

Postal 26. Bristol (Gran Bretaña)
No hay mejor ejercicio para un muerto que escuchar conversaciones al azar en un pub británico, espigando opiniones de desconocidos sobre Sebastian Cabot perdiéndose en el Atlántico sin hilo de Ariadna o sobre ismos de vanguardia dodecafónica o sobre la mejor manera de bailar tregua y de bailar catala o sobre las égoglas apócrifas de Chatterton o sobre la última representación de la Old Vic o sobre…
Siempre tuyo, Julio.




Postal 27. Auschwitz (Polonia)
Querido Dani, también aquí mataron a Fafner, y ya no Sigfrido, sino un simple zapatero con el más elemental de los ardides. Mientras visito a Szymborzska en su recién estrenada tumba, pienso en el espejo de nuestros límites que la historia ha vuelto horribles.
¿Cuándo un país será invadido por cronopios? ¿Cuándo por nuestros tártaros, y no por aquellos otros que entraban a tropel con sus chatos caballos?
Siempre tuyo, Julio 
Postal 28. Palestina
Mientras dure la máscara, mientras respire esta inmensa metáfora y se divida la ciudad, mientras se eleven tribunales Russell y siga tomada la casa, querido Dani, regresaré con gabardina y rabia a este muro.
Siempre tuyo, Julio




Postal 29. Amberes (Bélgica)
Nací en este país, como podría haber sido en cualquier otro, producto del turismo y la diplomacia; asténico, de planeta Mercurio, de color gris y azaroso vínculo gardeliano.
Mi nacimiento, al igual que la ciudad, podia haberse dado en París, en Buenos Aires o en cualquier otro espacio o tiempo, así como dársele a mi paredro o a Pola en una cervecería en Oslo o en un paladar de La Habana.
Querido Dani, serán los recuerdos o la senectud, el caso es que desde que volví a pisar estas calles húmedas no dejo de vomitar conejitos blancos.
Siempre tuyo, Julio Cortázar.
Postal 30. Haiti
Querido Dani:
Los grandes diarios mundiales llenaron sus titulares con las lágrimas de cocodrilo de los amos de la tierra cuando esta tierra valiente de viejos esclavos sufrió no hace mucho el terremoto más feroz. Ya nadie menciona a los haitianos, que siguen padeciendo las secuelas de aquellos días mientras los mass media masajean la buena conciencia de los hogares burgueses con otros entretenimientos. Pero la alegría de estos cronopios enormísimos en el amor y en el juego nos hablan del futuro por el que tan dulce y violentamente lucharemos.
Siempre tuyo, Julio Cortázar



Postal 31. Estocolmo (Suecia)
Es en esta tierra del septentrión donde se halla la más densa congregación de cronopios jamás reunida. Querido Dani, no es fácil ser cronopio. Ser fama o Esperanza es simple, basta con dejarse ir y la vida hace el resto. Ser cronopio es a contrapelo, de ahì el mérito de quien en este norte antipoda porteña fundó en los años 60 el primer Club de Cronopios.
Bailemos pues a su salud, buenas salenas, catala y tregua.
Siempre tuyo, Julio Cortázar



Postal 32. Atenas (Grecia)
¿Cómo sabrán en Atenas que he matado al minotauro ilustre? Me temo que Vargas Llosa ha sido el delator. Ya en el 67 me miraba cruzado cuando laburando aquí mismo para la Unesco compartíamos cabina de traducción.
Si al menos lograra descubrir la manera de viajar al cabo Sunión...
A mi lado ronronea Theodor Adorno.
Siempre tuyo, Julio Cortázar.



Postal 33. Pekín (China)
En ninguna otra parte más que aquí, querido Dani, podría darse mi Autopista hacia el sur.
Pekín ya no es lo que era, reconocía Wong mientras le mostraba a Horacio fotos de torturas chinas.
5 días en un atasco me hacen asumir que mis encuentros con los destiempos y los desespacios son lo más real de la realidad en que me muevo... Y con la peor de las fotos del Leng t'che en el bolsillo...
Siempre tuyo, Julio Cortázar


Postal 34. Santo Domingo

Querido dani

Manuel ya se ha hecho mayor y anda esquivando hormigachos por el mundo. El Vip y la Vipa se han jubilado y seguimos, como alguna vez dijo Dickens, en el mejor y el peor de los tiempos. Siempre tuyo



Postal 35. París

Querido Dani. Después de llamar insistentemente a tu puerta sin encontrar respuesta alguna, he decidido, ultrajado regresar a París y a Montparnasse., donde Carol me espera. El paseo ha sido grato, y  más gustoso aún ha sido descubrir que el mundo sigue plagado de Cronopios.
Dani, la próxima vez contesta. A los muertos se les debe cierto respeto.
Siempre tuyo, Julio.


Postal 36. Madrid

Querido Dani, no sé cómo interpretar tus gélidos silencios. No sé si creer que las postales no te han llegado o si en verdad tenés pavor por los fantasmas. En todo caso el día 28 de junio debo regresar a París para asistir al acto de homenaje por el 50 aniversario de la publicación de Rayuela, por lo que el miércoles 26 de junio podré estar por Madrid; sí Dani, por fin por Madrid, y así poder encontrarnos.
Ávido estoy de conocerte en persona.
Un abrazo ya cercano. Nos vemos el día 26.
Julio Cortázar



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