Se hallaba dentro de la bolsa que escondía bajo su cama. El
nombre había sido acuñado por su compañero de piso tras escuchar el secreto
para deshacerse de las ataduras e inhibiciones que la vida le trataba de
imponer. Hasta ahora sólo lo había utilizado en una ocasión, apenas un par de años
antes, y hoy, como entonces, la estabilidad aparente de su vida debía ser
atacada, destruida.
Cómo podía haber llegado a la situación actual, se preguntaba,
y seguir viviendo con aquel individuo con quien no compartía más que una
hipoteca y un hijo; cómo había acabado elaborando informes de auditoría
contable, doce horas al día, para aquella consultora multinacional; cómo había
renegado de libros, esculturas, cervezas, risas, escrituras desorganizadas,
charlas; cómo se había resignado a rechazar a sus amigos, sustituyéndolos por jaquecas
simuladas, cenas con suegros y comentarios triviales de vecinos en el zaguán de
entrada de la urbanización; cómo había renegado de sus principios, de sus inquietudes,
de sus anhelos; cómo...
Finalista del VII Concurso de Relatos para Leer en Tres Minutos
“Luis del Val”, convocado por el Ayuntamiento de la Villa de
Sallent de Gállego y el Grupo de Cultura
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